El sábado 1 de mayo de 1982, Dos M-IIIEA, indicativo «Dardo». Misión: cobertura; armamento: misiles Magic. Tripulación: capitán Gustavo Argentino García Cuerva (I-015), primer teniente Carlos Eduardo Perona (I-019). Despegaron de Río Gallegos a las 15:45. Ruta: Río Gallegos – Malvinas.Esta tripulación cumplía la segunda salida del día, y fue la que, por primera vez, recibió fuego de una patrulla aérea británica. Ambos aviones eyectaron tanques y se trabaron en combate sobre la isla Borbón.El capitán García Cuerva vio el misil arrojado sobre su numeral (Perona) y le gritó: —Le lanzaron un misil, ¡cierre, cierre!,pero el misil alcanzó a Perona y éste eyectó. Posteriormente, fue recuperado.El capitán García Cuerva, sin combustible para regresar al continente, tenía dos alternativas; eyectarse sobre las islas y perder el avión, o intentar el aterrizaje en la pista de Malvinas y salvar su máquina.Esto último suponía una excelente coordinación con el comando de la defensa aérea de Malvinas (Centro de Información y Control Artillería Antiaérea). Lamentablemente, esta coordinación aún no ocurría, porque no se había alcanzado el nivel de confianza de la defensa y, aún peor, subsistía el grado de desorganización producido por los ataques aéreos y fuego naval enemigo sobre la zona. Fue derribado en proximidades de puerto de la Fuerza Aérea Argentina
García Cuerva decidió aterrizar en la Base Aérea Militar Malvinas y lo comunicó por VHF. El «alto el fuego» fue ordenado, reiteradamente, por el Centro de Información y Control. El M-III se dirigió hacia la pista y procedió a eyectar sus cargas externas, para facilitar la maniobra de aterrizaje. Esa acción (eyección de cargas), confundió a la tropa que de inmediato comenzó a disparar sus armas largas (fusiles) contra el avión. La psicosis creada por el Vulcan y los Harrier pudo, en los artilleros, más que la orden del Centro de Información y Control, y las baterías antiaéreas del Ejército y la Armada abrieron fuego, que dio como resultado el derribo del M-III
Recibió el ascenso Post-Mortem al grado de Mayor y fue condecorado póstumamente con las medallas La Nación Argentina al Valor en Combate y la de La Nación Argentina al Muerto en Combate Extractado de la Historia QEDPAgradezco la colaboración de Carlos Perona